Mi manera de entender la vida humana, la vida del hombre en el mundo y en la sociedad, ha cambiado a lo largo del tiempo por motivos muy diversos. Pero este cambio no es un cambio de ideas entendidas como algo fantástico situado en un mundo desconectado absolutamente del mundo real. La idea de hombre está siempre conectada con la idea de amor, de amistad, de ética, etc. Y estas ideas configuran las relaciones humanas, las relaciones con la naturaleza, etc, igual que las relaciones humanas configuran las ideas. ¿Dónde están situadas las ideas? Las ideas no están alojadas en la mente, es más correcto decir que están alojadas en el lenguaje, entendido como praxis de puesta en común, entendido como lugar donde todo lo común convive, o se enfrenta, con todo lo común, donde todo lo que es común a unos grupos llega a ser conocido por otros, etc.
Yo distingo 2 grupos de ideas sobre el hombre. A grandes rangos yo hablaría de un grupo de ideas según las cuales el hombre es un ser libre, racional y ético. Y otro grupo de ideas según las cuales el hombre es un ser condicionado en su libertad de accion, en su libertad de pensar y en su libertad de dirigirse éticamente. Hablaremos así del hombre entendido como ser libre, y del hombre entendido como ser alienado.
Según el primer grupo de ideas, el hombre tiene la capacidad de diferenciar entre libertad y manipulación, entre verdad y falsedad, entre bondad y maldad y puede, en consecuencia, vivir libremente, pensar libremente y elegir libremente.
Según el segundo grupo de ideas el hombre es siempre un ser alienado, manipulado radicalmente, bien por grupo poderosos que deciden qué ideas deben predominar en una sociedad, bien por la propia sociedad, la cual tiene una lógica propia que manipula a todos sus individuos. De acuerdo con este grupo de ideas, nuestra vida es siempre una vida teledirigida y manipulada por creencias que han conformado nuestra mente radicalmente por exposición continua y masiva de estas creencias sobre nuestra mente siempre en construcción. De este modo la libertad es una conciencia engañada, que piensa sobre ideas que sentimos como evidentes pero por efecto de la manipulación. Como si la sociedad fuese una enorme secta que ha construido nuestro universo mental a su antojo e interés.
Y de este modo, entre las dos ideas extremas, caben infinidad de teorías que se situarían en un lugar de la recta que va de un extremo al otro de ambas teorías.

Según el primer grupo de ideas, el hombre tiene la capacidad de diferenciar entre libertad y manipulación, entre verdad y falsedad, entre bondad y maldad y puede, en consecuencia, vivir libremente, pensar libremente y elegir libremente.
Según el segundo grupo de ideas el hombre es siempre un ser alienado, manipulado radicalmente, bien por grupo poderosos que deciden qué ideas deben predominar en una sociedad, bien por la propia sociedad, la cual tiene una lógica propia que manipula a todos sus individuos. De acuerdo con este grupo de ideas, nuestra vida es siempre una vida teledirigida y manipulada por creencias que han conformado nuestra mente radicalmente por exposición continua y masiva de estas creencias sobre nuestra mente siempre en construcción. De este modo la libertad es una conciencia engañada, que piensa sobre ideas que sentimos como evidentes pero por efecto de la manipulación. Como si la sociedad fuese una enorme secta que ha construido nuestro universo mental a su antojo e interés.
Y de este modo, entre las dos ideas extremas, caben infinidad de teorías que se situarían en un lugar de la recta que va de un extremo al otro de ambas teorías.
Yo he vivido en estos grupos de ideas. He creído en la libertad del ser humano. He perdido toda la fe en el ser humano, en su libertad y capacidad para alcanzar la verdad sobre cualquier cosa.
Hoy vivo en una tensión continua entre estas dos ideas, en un diálogo o dialéctica continua donde ambas teorías se enfrentan intentando encontrar una síntesis, un equilibrio nunca encontrado. Huyendo en la medida de mis posibilidades de los extremos, pero sin encontrar una idea monolítica del ser humano. Y lo que es más importante, intento estar abierto y dejarme enseñar por la vida. E intento encontrar una perspectiva que no me suma en el desánimo, en la inacción y en la apatía y la comodidad.
Y la libertad es ahora para mí libertad dentro de una pluralidad, la verdad sea lo que sea debe generar consenso, y la ética debe respetar la vida, la busqueda de la verdad, la pluralidad de opciones eticas, religiosas, etc. Esto es, libertad, verdad y ética se mueven siempre, no en el absoluto, sino siempre en un abanico de opciones sociales y humanas y dirigido a ellas.
Ta.
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