lunes, 7 de julio de 2008

Vidas mezcladas

Algunas veces uno siente su cuerpo como si estuviese atrapado en una tela de araña viscosa y pegajosa. Y suponen un ingente esfuerzo hasta las pequeñas cosas cotidianas. Uno siente entonces más que nunca el peso de la vida sobre los hombros, como un atlante a punto de derrumbarse bajo el peso de su propia vida. Otras veces uno se siente un sísifo moderno, atrapado en una montaña de rutinas. en no pocas ocasiones la vida se parece a un laberinto de unos pocos pasillos, como cruces de caminos que conducen a sí mismos. Muchas veces la vida se parece a una sala de espera de la propia vida, continuamente pospuesta. O bien como si la vida fuese eso que transcurre entre bastidores y bambalinas mientras nos preparamos para representar la obra de la vida. Otras veces la vida se parece a una pesadilla donde cobran vida los temores que genera la propia pesadilla, retroalimentándose. Otras veces parece que viviéramos en falso, o en balde. A menudo la vida se dispersa y fuga tornándose difícil abrazarla, como un personaje errático sin circunstancia ni historia. Otras veces la vida diríase mal dispuesta, mal colocada, dentro de nosotros, como tener que vivir en una silla de ruedas, o tetrapléjico postrado en una cama. Y casi siempre la vida es un guión inescrutable, tramposo, como si todos los libros se hubiesen mezclado y revuelto en un único y descomunal libro de vidas confusas, entremezcladas, absurdas.

No hay comentarios: