domingo, 22 de junio de 2008

¿Puede algo viajar más rápido que la velocidad de la luz?

El experimento de Bell o la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen demuestran que hay cosas que pueden viajar más rápido que la velocidad de la luz.
El Teorema de Bell prueba la conexión-correlación entre sistemas no relacionados causalmente.Bell aduce que mientras la separación en el tiempo o en el espacio son "reales" en ciertos contextos, dicha separación es "irreal" o carece de importancia en la mecánica cuántica.
Cuando se encuentran dos partículas como un protón (carga positiva) y un electrón (carga negativa) ambos se autodestruyen, generando en el proceso dos fotones, o particulas de luz, los cuales parten en direcciones opuestas. Pues bien, independientemente de la distancia que los separe, los dos fotones siguen correlacionados, de tal forma que si alteramos uno de estos fotones, automáticamente e independientemente de donde se encuentre, su fotón-pareja también se ve alterado exactamente igual, aunque ambos fotones se encuentren separados por años luz.
Esto es algo así como si dos amigos, uno en Nueva York y el otro en Tokio llevan corbatas de color negro. En el momento en que el amigo de Nueva York se cambiase la corbata negra por una roja, en Tokio, y simultáneamente, su amigo se cambiaría, a su vez, la corbata negra por una roja desafiando la velocidad de la luz.
Este teorema se ha demostrado experimentalmente múltiples veces.Entonces….¿dónde está el truco? ¿Cómo es posible vencer la velocidad de la luz?...
Se cree que la cuestión radica en que cuando alteramos un fotón no estamos enviando “materia” más rápido que la velocidad de la luz, sino que estamos enviando información (un bit “cuántico”) al fotón-pareja, por lo tanto, este fenómeno no viola las leyes de la física.Einstein, en 1935, descubrió este efecto misterioso y lo denomino “fantasmal” (spooky), ya que podría explicar fenómenos paranormales hasta entonces despreciados por la ciencia, como la telepatía

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